Según el diccionario etimológico (Anders, 2009) la palabra espinaca no tiene que ver con el vocablo latino spina (astilla, espina). La planta no
posee espinas y su nombre tuvo su origen en Persia, uno de sus lugares de origen, donde se le nombraba como aspanach y luego pasó al árabe
con el nombre isfinaj que fue adoptado por el latín vulgar como Spinacia.
La espinaca fue introducida en Europa alrededor del año 1.000 d. C. procedente de regiones asiáticas, probablemente de Persia, pero únicamente a partir del siglo XVIII comenzó a difundirse por Europa y se establecieron cultivos para su explotación, principalmente en Holanda, Inglaterra y Francia; se cultivó después en otros países y mas tarde pasó a América.
La planta pertenece a la familia Chenopodiaceae y la especie se denomina Spinacea oleracea L. En una primera fase forma una roseta de hojas de duración variable según condiciones climáticas y posteriormente emite el tallo. De las axilas de las hojas o directamente del cuello surgen tallitos laterales que dan lugar a ramificaciones secundarias, en las que pueden desarrollarse flores. Existen plantas masculinas, femeninas e incluso hermafroditas, que se diferencian fácilmente, ya que las femeninas poseen mayor número de hojas basales, tardan más en desarrollar la semilla y por ello son más productivas.
El manual comprende un indice , en la cual se va desarrollando los conceptos teóricos y prácticos paso a paso, para su fácil comprensión y aplicación.
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